La variedad climática y del medio físico de la provincia de Málaga, donde la costa oriental presenta un clima mediterráneo subtropical frente al mediterráneo oceánico de la costa occidental, o el mediterráneo continentalizado de la zona norte, así como los diferentes materiales y formas de relieve que componen la superficie del territorio, origina que exista una gran variedad en la distribución de los recursos hídricos dentro de la provincia.

 

Los recursos hídricos de los que se puede disponer están constituidos por los recursos hídricos propios (regulados, fluyentes, subterráneos, reutilización y desalación) y los recursos hídricos externos (transferencias). Por el contrario, los diferentes usos del agua se pueden clasificar en domésticos y urbanos, regadíos y usos agrarios, usos industriales para producción de energía eléctrica, otros usos industriales, acuicultura, usos turísticos y recreativos, navegación y transporte acuático.

 

La planificación hidrológica viene a ser la herramienta subsidiaria que complementa a los diferentes elementos de la ordenación y planificación del territorio existente, o sirve de instrumento en aquellos lugares donde éstos sean nulos. Este rol subsidiario nace de la consideración del recurso hídrico como clave para el desarrollo económico y/o social dentro de la actividad humana, así como el carácter vital para la propia satisfacción de las necesidades inherentes a la vida, sin perder de vista el carácter ambiental vinculado a las políticas hídricas presentes y de futuro, y que deben conducir a alcanzar el buen estado de todas las masas de agua.

 

Dentro del marco normativo que determina la Directiva Marco del Agua, la planificación hidrológica presenta, como principal objetivo, el lograr la compatibilidad de los diferentes usos del agua con la preservación y mejora del medio ambiente, para lo cual se requiere de una planificación y gestión eficaz de los recursos que asegure el suministro a todos los usuarios y permita alcanzar el buen estado de las masas de agua. Además, la inclusión del régimen de caudales ecológicos y la recuperación de costes en la normativa española, constituyen un verdadero reto para la planificación hidrológica y la gestión actual de los recursos hídricos.

 

Para la provincia de Málaga dicho reto es si cabe mayor, debido a las características geográficas que presenta y a las previsiones de cambio climático llevadas a cabo por el IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change) para la región mediterránea, donde se prevén reducciones de las precipitaciones en hasta un 20%, además de la variación del régimen pluviométrico, con eventos más virulentos, y un aumento significativo de las temperaturas medias y que obligarán a llevar a cabo un esfuerzo en los próximos años para poder garantizar el suministro de recursos hídricos para satisfacer las demandas de los diferentes usos que se dan en la provincia, principalmente procedentes del abastecimiento a la población y el regadío.

 

En este sentido, es necesario mejorar en el conocimiento del medio físico, con la propuesta de modelos que permitan simular cada vez mejor la realidad de los sistemas, lo que facilitará la simulación de los diferentes escenarios de cambio climático previstos.

 

Además, es fundamental que se lleve a cabo un análisis profundo de los programas de medidas de los diferentes planes hidrológicos que afectan al territorio de la provincia, y dicho análisis debe integrar a la implantación de la totalidad de componentes del régimen de caudales ecológicos, pero sobre todo el seguimiento efectivo de los mismos, así como al principio de recuperación de costes, para llegar a propuestas tangibles y que puedan garantizar en el corto y medio plazo la satisfacción de las demandas y alcanzar el buen estado de las masas de agua. Para ello, las juntas centrales de usuarios deben jugar un papel prioritario, cuya constitución se considera primordial ya que serán las encargadas de llevar a cabo las medidas oportunas para poder alcanzar el buen estado de las masas de agua.

 

Efectuar un control y vigilancia de los recursos extraídos y suministrados, junto con campañas de concienciación ciudadana, se torna fundamental para poder alcanzar un uso sostenible de los recursos hídricos y poder garantizar así el abastecimiento futuro de la población y del resto de usos.

 

Se considera fundamental llevar a cabo un Plan de Investigación de Aguas Subterráneas (PIAS) a nivel provincial, con vistas a poder cubrir con garantías las demandas futuras de los diferentes usos. Dicho estudio debería llevarse a cabo a nivel de sistemas de explotación, con la inclusión de los recursos procedentes de aguas fluyentes, reguladas, desaladas, posibles transferencias y regeneradas, con la puesta en valor especialmente de estas últimas.

 

La integración de todos los recursos hídricos disponibles daría lugar a un modelo de uso conjunto encaminado a proponer alternativas y garantizar la satisfacción de las demandas y el cumplimiento del régimen de caudales ecológicos a nivel provincial, frente a posibles eventos de sequía y a los posibles efectos futuros de las previsiones de cambio climático, así como alcanzar el buen estado de las masas de agua y preservar parte del patrimonio natural, el cual será el legado que reciban las generaciones futuras.